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¿Impunidad policial para abrir fuego?

Dada la polémica que mi entrada está causando entre los propios policías, añado este párrafo, extraído de este enlace , a modo de preámbulo:...

Dada la polémica que mi entrada está causando entre los propios policías, añado este párrafo, extraído de este enlace, a modo de preámbulo: 
Cuando los policías están de servicio y el uso de las armas de fuego deviene inevitable su actuación se rige por el principio de proporcionalidad, que la jurisprudencia aplica reiteradamente, del medio utilizado para detener al individuo, que encontramos en el art.  5.2 d) de la LO 2/1986, de 13 de marzo, de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, según el cual "(S)olamente deberán utilizar las armas en situaciones en las que exista un riesgo racionalmente grave para su vida, su integridad física o las de terceras personas, o en aquellas circunstancias que puedan suponer un grave riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los principios a que se refiere el apartado anterior [de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance]".
Así mismo desearía traspasar el máximo de responsabilidad para aquél o aquellos que organizaron la chapuza de operativo que terminó con esos disparos al aire que jamás debieron producirse.



Yo no sé a vosotros, pero lo que es a mi una situación como ésta empieza a “acojonarme”. De hecho, creo que escenas así solo las había conocido por parte de grupos paramilitares durante la agonía de la dictadura y el establecimiento de la posterior “democracia”.

Imagino que muchos me podrán argumentar que solo se reproduce una parte de lo que pudo suceder. Vale, pero en la página de delación que montó los Mossos d'Escuadra, todavía era más flagrante pues se basaba en meras fotografías y ha seguido adelante hasta que han terminado su colección de cromos.Pero no discutamos del sexo de los Ángeles y analicémoslas desde el conocimiento que nos aportan.

Dos hombres vestidos de paisano agreden a un tercero que parece desarmado y que está pidiendo ayuda desde el suelo. De esos dos hombres, uno vigila, mientras el otro inmoviliza al que pide auxilio. Las personas que acuden a auxiliarle increpan a esos dos individuos y ellos, pensando que puedan arrebatarles el trofeo, se dedican: uno a enfrentarse con los que intentan acercarse y el otro saca una pistola y apunta directamente a la cara de uno de los defensores.
La escena sube de intensidad entre raptores y ciudadanos que desean prestar auxilio.
Primer disparo al aire.
Los dos raptores siguen retrocediendo y aparece un tercero que estaba escondido entre los ciudadanos. Se agrupan los tres.
Segundo disparo al aire.
La gente ya está más asustada y eso envalentona a los tres raptores, uno de los cuales se acerca a la persona que está grabando y le ordena que desaparezca (esa persona está en la puerta de su casa).
Aparece la policía.

Eso es lo que he visto yo. A partir de aquí todo son preguntas:
¿Para la detención de un “mantero” se necesitan tres policías de paisano? No sé. Que se tenga entretenidas a las fuerzas de seguridad del estado protegiendo contenedores de basura, desocupando plazas, sobando y abofeteando mujeres y ahora deteniendo manteros a punta de pistola; yo lo veo preocupante.
¿Por qué se ha borrado la cara de los presuntos policías mientras se han dejado visibles los rostros de los demás ciudadanos? Puede ser, que será, una maniobra para identificarles y repetir la misma acción como una práctica de lo que sucederá pronto cuando se deroguen artículos enteros de la Constitución y no exista libertad alguna.
¿Por qué se preocupa tanto el presunto policía para que se deje de grabar? Tal vez para que quede impune lo que vayan a hacer con la persona raptada: golpearle, dispararle en la sien...
¿Qué hubiera sucedido si una de las dos balas hubiera entrado en una casa y hubiera matado a un niño? Vista la impunidad con la que actuado ese energúmeno (caso de ser policía, porque a mi parece alguien perteneciente a los guerrilleros de Cristo Rey o grupo paramilitar afín), imagino que se hubiera tapado el hecho.
¿Algún partido político tendrá la velentía de plantar cara y pedir explicaciones y responsabilidades por unos hechos tan sumamente vergonzosos?
¿Se tomarán medidas disciplinarias contra el presunto policía que efectuó los disparos? Lo mínimo, si no se le mete en prisión, debería ser la expulsión del cuerpo. Al fin y al cabo un parado más no afectará las estadísticas, y estaría bien tener a uno de los del otro lado tomando nuestra misma medicina.


Todo lo escrito puede parecer una broma, pero no lo es. No podemos tolerar que un policía saque el arma, apunte a la cara de la gente, dispare al aire y quede impune. ¿Qué sucederá si esa situación se repite en una manifestación ciudadana y ese policía chulo y cobarde, llevado por su miedo y falta de profesionalidad le descerraja un tiro a alguien? ¿Qué sucederá si ese disparo va a la cabeza de vuestra pareja, de vuestro hijo, de vuestro amig@? ¿Qué clase de ley nos defenderá de eso si a ese policía se le protege para que no le reconozca nadie?

Y termino con una reflexión: Lo más fácil es pensar que “Solo es un negro de Lavapies”. Sí, es cierto; solo es un negro y para colmo del barrio de Lavapies. Pero no olvidéis que las armas no saben de barrios ni de razas, y las balas que salen de ellas matan sin preguntar.

 Entrada de Manel Artero publicada también en el blog de Wordpress
 

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