Todo se rompe. O ellos o nosotros
Poco a poco y a pesar de los ingentes esfuerzos que realizan las distintas castas fácticas de Hispania para que no nos enteremos, nos vamos...
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Poco a poco y a pesar de los ingentes esfuerzos que realizan las distintas castas fácticas de Hispania para que no nos enteremos, nos vamos dando cuenta de cual es el guión real de la película que nos están contando.
Parece ser que estamos en una crisis en la que se habla de temas tan surrealistas como el “pacto fiscal” y en cambio las castas se pasan por el arco del triunfo algo tan importante como el “pacto social” al que volveremos más tarde. Tampoco se habla para nada de crisis empresarial, de empleo, de creatividad, de inversión, de apuesta de futuro. Sí, futuro, eso que está ahí y acecha a nuestros hijos, a los que con nuestra inacción estamos echando a la miseria mientras vemos a la “Roja”. Y es que nuestras castas, mientras atesoran ingentes cantidades de dinero “real” para huir como ratas llegado el momento, solo hablan de una crisis: la financiera, esa falacia. En enero del año 2010 Federico Mayor Zaragoza escribía “Si se acepta que los financieros se conviertan de nuevo en los amos del mundo, la economía especulativa virtual volverá a hacer estragos. Y llegará la segunda ola más pronto de lo que pensamos. Los paraísos fiscales siguen repletos, inaccesibles, intocables”(podéis leerlo haciendo clic en el subrayado).
Y hay otra cosa de la que tampoco hablan nuestras castas, la política sobre todo, y es sobre algo que nos atañe a todos, que tiene que ver con el despilfarro y consecuente ahorro que ahora se nos pide. Vayamos a ello.
Según un sondeo, al parecer bastante fiable, hecho el año pasado, en España tenemos 445.568 cargos políticos. No está mal. Si extendieran los brazos y se pusieran uno al lado del otro tocándose las puntas de los dedos cubrirían una distancia de unos 720 Km, algo así como el tamaño del Tajo desde su nacimiento hasta la frontera con Portugal. En contraposición a esto hay 165,967 médicos, 154,000 policías y 19,854 bomberos. Ni sumando a los tres grupos llegamos a superar a la casta de las ratas.
Cabría pensar que eso es un problema que viene por la locura que representa a nivel territorial un estado tan centralizado (error que llevamos pagando desde los Austria). Veámoslo, tenemos cuatro niveles administrativos: Estado, Comunidad Autónoma, Provincia y Municipio, que no es poco. Pero si nos fijamos en Alemania, con 300,000 políticos menos, tiene seis niveles administrativos: Estado, Länder, Regiones Administrativas, Distritos, Mancomunidades y Municipios.
¡Y no necesita que la rescate nadie! ¡Y funciona sin problemas! ¿Cómo puede ser posible esto? Sin entrar en consideraciones religioso-históricas, como el hecho de que aquí somos católicos y allí luteranos, el problema principal reside en que en España la carrera política es una interminable cadena de favores entre criaturas que no tienen ninguna valía pero que que se soplan la nuca unos a otros hasta llegar a ese número indigno de 445,568 parásitos.
Y ahora empieza lo bueno:
Un maestro viene a cobrar unos 1,400 € y te prepara para la vida.
Un policía viene a cobrar unos 1,600 € y en principio te protege la vida.
Un bombero cobra unos 1,800 € y puede jugarse la vida para salvar la tuya.
Un médico cobra unos 2,200 € y te mantiene saludable y con vida.
Saber lo que cobra un político, a pesar de que debería ser de 41,000 € anuales, forma parte de un mundo matemático que está escondido a la mayoría de mortales, porque ahí los números y la ingente cantidad de partidas por las que pueden soplarnos dinero es indecente. Ejemplos de una tabla sacada de este blog con datos del año:
Rosa Aguilar - Alcaldesa de Córdoba - 63.000 € brutos al año, 5.250 € mes.
Ernest Benach, Presidente de la Cámara, 152.954 € brutos al año, 12.476 € al mes.
Esperanza Aguirre 74.490 € brutos al año, 6.207 € al mes.
Cospedal, 241.840 € brutos al año, 20.153 € al mes.
De Federico alcalde de Colmenar Viejo, 70.000 € brutos al año, 5.833 € al mes.
Bonifacio de Santiago alcalde de Las rozas, 99.878 € al año, 6.323 € al mes.
Fernández Ordóñez, 165.000 € al año, 13.750 € al mes.
Manuel Bustos, alcalde de Sabadell, 108,000 € anuales, 9,000 € mensuales
Fernández de la Vega. 142.362 € anuales.
Ahora no os asustéis. Imaginaos que se han vuelto todos locos y se regulan un sueldo idéntico para todos de 41,000 €. Que bonito sería ¿Verdad?. Pues repito, no os asustéis. Si eso fuera así y multiplicáramos su sueldo anual por el número de parásitos nos daría la poco irrisoria cifra de 18,268,288,000 € anuales, cada uno de los años que nos quede de soportar a esas ratas apoltronadas y putrefactas. Para que nadie salte por el balcón no entro en sueldo vitalicios, coches oficiales, dietas, poder cobrar de tantos cargos como les salga de los cojones (ovarios para las señoras)... Y si el favor que hay que pagar es muy elevado se le da un cargo en cualquier empresa pública y que la arruine, que esa es la finalidad última de las ratas que nos gobiernan.
No debemos olvidar otra cosa. Para llegar a posicionarse en el mundo de la política ¿qué currículum hay que presentar? Veámoslo:
Para policía hay que tener el Bachillerato Superior y hacer una Oposición.
Para bombero hay que tener el Bachillerato Superior y hacer una Oposición.
Para maestro hay que tener el Bachillerato Superior, Título Universitario (cuatro años) y una Oposición.
Para médico hay que tener el Bachillerato Superior, la nota media mas alta en la selectividad. Título Universitario (seis años), Oposición a MIR. Especialidad (obligatorio 4 años para medicina general o cinco años el resto de especialidades) Oposición. Total once años en el mejor de los casos.
Pues entonces para político va a ser la leche, os diréis. No, no os confundáis, para llegar a un cargo político, diputado por ejemplo, no se necesita ni titulación, ni oposición. Solo haber sentido el aliento en la nuca de unos cuantos, haber lamido donde haya tocado y una vez en la poltrona desatarse y petar tantos culos como se desee.
Así están las cosas. 10,000,000,000 € para la casta eclesiástica mayoritariamente de la secta del Opus. Los 18,268,288,000 € calculados (casi en broma) que nos cuesta la casta política. Una policía que en vez de defendernos de ellos les defiende a ellos de nosotros. Infinidad de otras partidas de la desvergüenza que podéis consultar en esta entrada...
Y entonces salen y nos acusan a nosotros, a los ciudadanos de a pie, de que hemos vivido por encima de nuestras expectativas y nos toca pagar sus desastres.
No sé vosotros, pero a mí me parece que no es así la cosa. Visto todo esto queda claro que aquí y ahora subyace un problema que ya es más grave que el meramente económico: en España se ha roto el “Pacto social”, o lo que vendría a ser lo mismo “El contrato social” que definió Rousseau. Porsialguien nosabeloqueeselcontratosocialseloresumo:“Esunacuerdorealohipotéticorealizadoenelinteriordeungrupoporsusmiembros,comoporejemploelqueseadquiereenunEstadoenrelaciónalosderechosydeberesdelmismoydesusciudadanos”.Asídesimple.
¿Qué se puede esperar que ocurra en un estado en el que absolutamente todo está roto? ¿Qué se puede esperar cuando una élite formada por la Mafia y Opues (con el nombre que quiera dárseles) descarga en la mayoría todo el peso de sus culpas y responsabilidades? No hace falta que os lo cuente. Todos sabéis en qué terminan las rupturas sociales. Esperemos, por nuestro bien, que aparezca alguien con dos dedos de frente antes de que sea demasiado tarde. De momento, a partir de hoy, podremos adivinar el futuro mirándo hacia quien fue la cuna de la Democracia.